martes, 5 de febrero de 2013

aprovechar el tirón

Estaremos todos de acuerdo que vivimos una época de condiciones objetivas especialemte favorables para la revuelta de todos los explotados, y particularmente de la clase trabajadora.
Y a pesar de ello, aquí no pasa nada... aparentemente.
A lo mejor sí que estamos a punto de cuajar las revueltas. A lo mejor se lo huele hasta Mariano el presidente.
Algunos camaradas bien informados y con sentido común comentan que esto de "los papeles de Luis el cabrón" no es casual, como casi nada lo es. Que es más bien un primer paso del poder (del poder real) para librarse de este inútil que está demostrando no poder con la marea que sube de la calle. Que vamos a un gobierno de concentración nacional tipo Grecia o tipo Italia. Mencionan incluso nombres: Almunia, González-Páramo, Solana, u otros superestars de la Unión Europea. Esto, evidentemente que no sería positivo para la clase trabajadora. Más bien al contrario. Pero sin duda haría caer muchas caretas entre las filas del parlamentarismo borbónico, y daría una nueva ocasión para la rebelión ciudadana, para la revolución obrera.
No sé.


El caso es que hemos visto ya tantas veces, tantas oportunidades de que prenda la revolución, que se dejan pasar y que quedan en nada... No sería esta la primera (ni la segunda, ni...) vez que todo queda en nada.
Es cierto que el capitalismo no volverá a ser igual que antes de la Gran Recesión... Pero si le dejamos levantar cabeza se recuperará. Lo hará como siempre lo ha hecho. Y no será igual, pero será lo mismo de siempre.
En algún sitio de este blog ya lo mencioné, pero es alucinante lo actuales que son las lecciones del pasado.
¿Qué os parece esta cita del gran economista marxista Henryk Grossman?
"¿Qué fue el año 1929 en los EE.UU. y el año 1931 en Alemania e Inglaterra, si no una crisis gigantesca? La clase obrera no estaba preparada para esto. No tenía un Lenin, que esperaba y trabajó para un momento así. Por el contrario, desde hacía décadas escuchó de Hilferding y de Helene Bauer que la crisis era imposible. Sólo la desorientación de la clase obrera hizo posible que la clase dominante superara el pánico y sobreviviera a la crisis".
Parece escrito ayer mismo.
El caso es que, puestos a buscar las similitudes del pasado, es curioso esto que vi hace poco, una cosa de Lenin de ¡ENERO DE 1917! En un informe sobre las revueltas de 1905, el tío con más olfato de la historia dice (último párrafo del "informe"):
"Nosotros, los viejos, quizá no lleguemos a ver las batallas decisivas de esa revolución futura. No obstante, yo creo que puedo expresar con seguridad plena la esperanza de que los jóvenes, que tan magníficamente actúan en el movimiento socialista de Suiza y de todo el mundo, no sólo tendrán la dicha de luchar, sino también la de triunfar en la futura revolución proletaria".
Sólo un mes después el Zar se iba y empezaba la revolución burguesa de febrero y 6 meses después triunfaba la revolución socialista. Si el mismo Lenin no lo vio venir quiere decir que aquí, el día menos pensado puede saltar la primera chispa del principio del fin.
No digo que lo sea, pero si que "podría ser aunque nosotros ahora no lo veamos". ¿Quiza el 15M sea nuestro 1905? De hecho, es asombroso lo actuales que resultan los 2 párrafos anteriores a ese último citado. Atentos:
"No nos debe engañar el silencio sepulcral que ahora reina en Europa. Europa lleva en sus entrañas la revolución. Los horrores espantosos de la guerra imperialista y los tormentos de la carestía hacen germinar en todas partes el espíritu revolucionario, y las clases dominantes, la burguesía, y sus mandatarios, los gobiernos, se adentran en un callejón sin salida del cual no podrán escapar en modo alguno sino a costa de las más grandes conmociones.
Lo mismo que en la Rusia de 1905 comenzó bajo la dirección del proletariado la insurrección popular contra el gobierno zarista y por la conquista de la república democrática, así los años próximos traerán en Europa, precisamente, como consecuencia de esta guerra de pillaje, insurrecciones populares dirigidas por el proletariado contra el poder del capital financiero, contra los grandes bancos, contra los capitalistas. Y esas conmociones no podrán terminar más que con la expropiación de la burguesía, con el triunfo del socialismo". 
Yo desde que leí esto, ya no me desmoralizo nunca: en cualquier momento puede estallar todo, donde pareciera inimaginable.
Cierto es que el tio Vladimir (y todos los demás, claro) llevaba años trabajando para organizar el partido, para preparar la organización, dirigirla al objetivo único, clarificar su política, etc. Por eso pudo haber un Octubre, se pudo aprovechar la ocasión. Y por eso mismo necesitamos estudiar, debatir, combatir ideológicamente al revisionismo.
Y en este sentido os recomiendo vivamente este artículo de Guglielmo Carchedi sobre el meollo de la cuestión del estudio de la economía política del capitalismo. Sus últimos párrafos resumen muy bien la importancia del análisis marxista para que la clase obrera no resulte manipulada y zarandeada por los oportunistas que quieren confundirla:
"Las lecciones para el trabajo
Lo anterior [la demostración de que las políticas "keynesianas" o "de demanda" no pueden evitar las crisis capitalistas] no debe interpretarse como si el trabajo debiera ser indiferente a las políticas de redistribución y/o inversión inducidas por el estado. Por el contrario, el trabajo debe luchar con fuerza por tales políticas. Pero esta lucha debe llevarse a cabo no desde una perspectiva keynesiana sino a partir de la perspectiva adecuada, marxista.
El enfoque keynesiano considera que las políticas keynesianas como una forma de mejorar las condiciones tanto del trabajo como del capital, una manera de contrarrestar o salir de la recesión. Desde el punto de vista marxista, las políticas de redistribución y/o inversión financiadas por el capital inducidas por el estado no tiene que ser keynesiano, es decir, no tienen que llevar el contenido ideológico unido a la palabra, la comunidad de intereses entre las dos clases fundamentales. La perspectiva marxista enfatiza (a) que estas políticas pueden mejorar mucho al trabajo, pero son impotentes contra la crisis, que a lo sumo puede posponerla, y (b) el potencial político de estas políticas. A través de la lucha del trabajo para unas mejores condiciones de vida y de trabajo, puede surgir y crecer entre los trabajadores la conciencia de que cada vez que estas políticas son pagadas por el capital, el capital se debilita tanto económica como políticamente, y que el trabajo puede explotar esto para debilitar el yugo del capital.
Desde la perspectiva marxista, la lucha por la mejora de la porción del trabajo y la sedimentación y acumulación de conciencia antagónica del trabajo y poder a través de esta lucha deben ser las dos caras de la misma moneda. Esta es su verdadera importancia. Ellas no pueden poner fin a la crisis, pero sin duda pueden mejorar las condiciones de trabajo y, dándole la perspectiva adecuada, promover el fin del capitalismo."
Claro está. Socialismo O barbarie. No es que no queramos términos medios; es que no existen.

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