jueves, 15 de octubre de 2015

errar es traicionar a la clase trabajadora

"Divide y vencerás": esa es la divisa de las élites dominantes desde el Neolítico. Por eso es también la divisa del Capital en nuestros tiempos. La división de la Clase trabajadora es requisito sine qua non para el dominio del Capital sobre nuestras vidas. Correlativamente, la única salida para los dominados en el capitalismo pasa por la unidad de la Clase trabajadora, que a su vez es imposible sin su propia consciencia, lo que al tiempo permite y necesita de la independencia de su criterio, de su visión del Mundo, de su propia teoría: su independencia política y científica respecto de las demás clases y, desde luego, respecto del Capital.
La división de los pueblos dominados es un requisito imprescindible para la dominación. Una división profunda y extendida a todo el pueblo dominado. Por supuesto, todo tipo de dominación, fuera tributaria, racista, supersticiosa o directamente violenta, ha exigido siempre a la élite beneficiaria rodearse de una pequeña capa de cipayos, una parte del pueblo dominado que no obstante fuera partidario firme del dominio de la élite, enfrentados incluso al propio pueblo del que forman parte. Pero esta capa, que forma el aparato de coerción-adoctrinamiento, siempre ha tenido que mantenerse necesariamente minúscula, dado que supone un coste compartir una parte del botín expoliado con estas guardias pretorianas y séquitos de manipuladores. Por su peso, necesariamente reducido, y por su presencia en la cultura popular como evidentes traidores, no es a esta minúscula capa de traidores evidentes a la que me refiero cuando hablo de unidad o división de los dominados.
A lo que me refiero, y el Capital lo sabe muy bien, es a que en el interior de las masas dominadas, de la mayoría popular, debe evitarse la autoconsciencia de la situación real, de su papel de mayoría dominada por una élite minúscula que, siendo parasitaria e inservible, no obstante dispone de toda la vida social y, por supuesto, de sus frutos. Con unas masas en buena parte conscientes de que los amos son sus parásitos, el aparato de coerción ha de aumentar en potencia, y eso tiene un coste. Si en lugar de buena parte, las masas son mayoritariamente conscientes, la cosa probablemente será insostenible, y no digamos si esa mayoría es abrumadora.
Por supuesto, esto mejor que nosotros lo sabe el Capital, y para evitar llegar a este punto se afina la otra parte de la "capa intermedia": el aparato de adoctrinamiento es el encargado de manipular a las masas en su más íntima consciencia del Mundo y de sí mismos, para conseguir que no aprecien ningún parasitismo ni dominación, sino simetrías, justificaciones y armonía y, sobre todo, lo más importante, que el que las masas conocen en cada momento es "el mejor de los mundos posibles".


Todo este rollo, que todos conoceis de sobra, es sólo una introducción a la crítica que quiero compartir sobre la declaración final del Encuentro internacional "Pueblos de Europa ¡Levantaos!", celebrado en Barcelona el 10 y 11 de octubre de 2015.
Dicho manifiesto está enfocado desde el principio con una falta absoluta de criterio teórico: para empezar otorga el protagonismo de la guerra económica sufrida por el pueblo griego en "el Eurogrupo", pese a que esta es sólo una Institución más del entramado de la Unión Europea, y de que las amenazas e imposiciones han llovido desde todas ellas y también de los gobiernos y aparatos de adoctrinamiento de todos los estados de la Unión, y de que las "negociaciones" de los "rescates" no se han llevado a cabo por el Eurogrupo, sino por otras dos instituciones de la UE (Comisión y Banco Central) y por el inefable Fondo Monetario Internacional. Pero, más claramente (y erróneamente) aún es la declaración de que el golpe de estado (que, esto sí, es innegable) se ha "organizado desde el centro de poder de la UE". Aunque aquí parece que se atribuye ese "centro" al Eurogrupo, podría hacerlo a la "Troika", con ese u otro nombre o, como está también de moda, a los estados "del Norte" o directamente a "la Merkel". De hecho, más adelante sí cita a la Troika, y antes se cita al "imperio alemán", demostrando que da igual de quién hablemos, o que no sepamos de quién estamos hablando.
Se equivocaría en todo caso. El centro de poder de la UE es el Capital, y si hablamos de poder, concretamente sus fracciones más centralizadas y potentes: el Capital mundializado. Así que el "poder de la UE", para ser rigurosos, seguramente no tiene un "centro", desde luego no uno geográfico, pero si lo tuviera no estaría en la UE, sino más bien al otro lado del Atlántico. Al menos por el momento.

Y no os equivoquéis: no se trata de un desliz terminológico ni de una licencia poética. Es un error de base, una absoluta falta de análisis riguroso o mínimamente serio que atraviesa todo el manifiesto. Más adelante se dice:
"La hegemonía de las potencias vencedoras en el seno de la UE no habría sido posible sin la ceguera, irresponsabilidad, contubernio, o corrupción, de las élites económicas y políticas en el seno de la UE.
Las oligarquías vencedoras han construido su hegemonía no solo a través de alianzas económicas o de interés con la banca y sectores exportadores del gran capital de los diferentes países europeos."
Claramente se distinguen dos actores: las "potencias vencedoras" u "oligarquías vencedoras" y las "élites económicas y políticas". En cambio a "la banca y sectores exportadores del gran capital" no estoy seguro donde encuadrarlos, pero es seguro que no entre los primeros, con los que tendrían "alianzas económicas o de interés". Seguramente forman parte de las "élites económicas y políticas".
Y aunque tampoco queda claro, parece que las "potencias vencedoras" son un grupo de estados. Esto explicaría otra afirmación del manifiesto:
"En la actualidad la UE se divide entre estados vencedores y perdedores."
En todo caso, peor que el error, la absoluta falta de rigor (¿despreocupación, quizá?), en la identificación de los actores, me parece el disparate en la identificación de sus fines y/o sus estrategias para conseguirlos. Fijaos que en la cita de más arriba dice que "las élites económicas y políticas en el seno de la UE" (fueran las que fueran) no tienen ni la iniciativa ni el dominio de la situación, sino que habrían posibilitado "la hegemonía de las potencias vencedoras". Pero más ridículo aún es que ese triste resultado se deba a su "ceguera, irresponsabilidad, contubernio o corrupción". A la inversa, esto es tanto como decir que esas élites podrían, y por tanto deberían, haber tenido visión, responsabilidad, transparencia e integridad. ¿En que consistirían esas virtudes de "las élites económicas y políticas en el seno de la UE"? ¿En el impulso de la democracia y la dignidad de las personas en el marco de la cooperación entre los pueblos? Sin comentarios.

Lo artificioso del constructo "geográfico" de "los Pueblos del Sur de Europa" como sujeto de la historia puede apreciarse en otro fragmento:
"La lógica neoliberal a ultranza de los “memorándums” impuestos por la Troika no se han limitado a Grecia, también Portugal, Italia, España, Irlanda, Francia, etc."
Irlanda desde luego no está en el Sur, al menos respecto del paralelo de Paris o de Berlín. Tampoco conozco ningún memorándum de Francia, pero como tiene costa en el Mediterraneo, quizá se la quiera incluir entre los "Pueblos del Sur". A mí en cambio me parecen más del Sur Bulgaria y Rumanía. En fin, que parecería que "la lógica neoliberal a ultranza" (que aquí si es la Troika la que la impone) no está triturando conquistas obreras en Reino Unido (sin necesidad de euro), Suecia, Holanda o la mismísima Alemania, por no salir del continente.

Total, que "bancos malos" y "acreedores malos", incluso "fracciones exportadoras del capital malas", aparecen como actores secundarios en una guerra que se situa entre unos "estados vencedores" y "los Pueblos del Sur de Europa".
¡No señor!
La guerra es entre las clases dominantes, el Capital, y las dominadas, el Trabajo. Y Clase trabajadora hay en Alemania y Suecia (y bien que les están arreando), igual que gran Capital transnacional hay en España y en Grecia.
Cualquier enfoque que niegue esto o simplemente mire para otro lado profundiza en la dirección contraria a la consciencia, la unidad y la independencia de la Clase trabajadora. Profundiza en la dirección de la inconsciencia (los culpables y cómplices son "élites" no claramente identificadas y capacitadas para tener tanto "visión" como "cegueras", no definidas, y en todo caso inverosímiles), la división (Sur-Norte), y la dependencia (respecto de las "naciones" del "Sur de Europa" y, quizá ¿de sus gobiernos?) de las masas populares.

Por cierto, estoy encantado (porque no siempre es así) de tener la oportunidad de alabar la comunicación del Secretario General del PCE al encuentro. En primer lugar porque, a diferencia de la mayoría de las comunicaciones, no se hace como "aportación independiente", sino como postura oficial del Partido Comunista de España (aunque en este sentido sería preferible un pronunciamiento de sus órganos democráticos de dirección colegiada). Esta es la forma de actuación comunista, y no la "independencia" de los versos sueltos.
En segundo lugar, y más importante, porque su contenido no incurre en los defectos que se critican en esta nota, y no obstante traslada la suficiente voluntad de diálogo como para una participación no sectaria en la confluencia de fuerzas políticas y sociales anticapitalistas. La unidad popular se construye en la calle y en la teoría, no en la preparación de las elecciones de los órganos de la monarquía de los Borbones. Todo lo contrario, dicho sea de paso, que la postura de Ángeles Maestro (Red Roja), que tiene tanto interés en denunciar la agresión del Capital como en darle cera a IU y Podemos, mientras señala que su organización fue "prácticamente" la única que denunció la maquinaria neoliberal para impedir la democracia en Europa. Aunque tiene toda la razón en el fondo, el sectarismo de sus formas no ayuda tampoco en el camino, insisto:
consciencia, unidad, independencia de la Clase trabajadora

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