martes, 23 de febrero de 2016

DIEM25 - manifiesto de Varoufakis por la democracia en Europa

Ya sabeis de qué hablamos: el manifiesto DiEM25 para democratizar Europa, que ha tomado como protagonista mediático a Yanis Varoufakis, y que el pasado fin de semana del  20-21 de febrero ha organizado un encuentro en Madrid.
Me ha parecido muy interesante este análisis, muy crítico, desde una óptica marxista (perdón si me he pasado de frenada, pero es la óptica que le he creido entender, aunque él no la reclame expresamente): http://www.globalresearch.ca/the-diem25-manifesto-democratizing-europe-or-perpetuating-the-domination-of-the-eu-elites/5508950
(traducido por google: aquí)
Por supuesto, coincido con él en el diagnóstico de fondo. Sin embargo, su receta me parece horrorosa. Viene a decir que demos la espalda a ese movimiento, nos manifestemos EN CONTRA SUYA, y nos repleguemos en "movimientos de liberación nacional" en los estados-nación, nos desconectemos de las instituciones de la globalización -del euro al FMI, ni que decir tiene que pasando por la OTAN- y que solo entonces busquemos contactos entre pueblos libres (liberados).
Él mismo dice, y estoy de acuerdo, que los fascistas ganan terreno. Y para no cometer la imprudencia de no dar a este problema la importancia real que tiene ¿no les prepararíamos el terreno con esta actitud 'defensiva' de 'retirada' de la globalización? ¿No les estaríamos aplaudiendo el diagnóstico e incluso el recetario de soluciones?
Además, en España lo sabemos bien, ¿a "qué" estados nos tenemos que replegar? ¿a España, a Cataluña? ¿Desandaremos los procesos de unidad nacional -españa, italia, alemania...- porque están dominados por las élites y fueron fruto de sangrientos procesos de conquista y hegemonía de los más fuertes? ¿Tendremos que retroceder hasta la asamblea local de barrio?
Abandonar las instituciones de la "modernidad" porque huelen a élite que apestan y retirarnos al purismo de la sociedad auténtica, buena, del círculo en que reconozcas todas las caras y sepas nombres y apellidos es anarquizante y, más importante, no funciona, ni en la práctica política ni en la teoría.
Ni debemos abandonar la agricultura mecanizada y las redes de transporte, comunicaciones o el entramado colosal de división social del trabajo, ni tampoco debemos abandonar las instituciones de organización y control político de la sociedad. Nuestra única posibilidad, como pueblo de ciudadanos libres (en potencia) es apoderarnos de ellas y transformarlas, de instrumentos de explotación del prójimo en instrumentos de control democrático del mundo (sí: así de grandilocuente). No seré yo quién pretenda impedir al hippy anarca que se retire a la comuna en mitad del campo a reencontrarse, pero desde luego eso no es solución para ninguno de los problemas de nuestras sociedades en el tercer milenio.
A la inversa de lo que propone el artículo citado, ya sabeis que soy el cansino posibilista: creo que la única salida es un clásico: "apoyo crítico", con una gran novedad: decir siempre la verdad. Para empezar: "sí, soy comunista (¿pasa algo?)".
No veo más posibilidad que apoyar a esta "izquierda" engañada o peor, engañante y colaboradora de las élites. Por más que le de la razón al autor en que (por poner un nombre propio) Varoufakis no vaya a la raiz del asunto (por más que se haga llamar "radical") no podemos ponernos EN CONTRA de un manifiesto y de un procedimiento para introducir elementos de democracia en las instituciones europeas, que es lo que él propone. Elementos de democracia insuficientes y tramposos, pero (1) objetivamente mejores que lo que tenemos y (2) que no forman parte del problema,  sino de la solución. No podemos estar EN CONTRA de introducir transparencia y representatividad parlamentaria indirecta, incompleta y tramposa. Sólo podemos estar A FAVOR y empujar denunciando desde el principio su insuficiencia y, sobre todo, su INCOMPATIBILIDAD con el capitalismo. De hecho, lo que deberíamos hacer es empujar todo lo fuerte que podamos, para ayudar a que el impulso desborde las pretensiones de sus proponentes, sean estos ilusos soñadores o manipuladores gatopardistas.

Toda la razón del autor: la competitividad es incompatible con la democracia. En cambio no estoy de acuerdo con él en que "antes de la globalización" (¿?), con las economías "orientadas" a la demanda interna, hubiera diferencia cualitativa. Como mucho (y no mucho) era una diferencia cuantitativa de la proporción entre demanda interna y externa. Y ello porque, aún con el mercado interior, olvida que la necesidad de rentabilizar los capitales es la misma, y exige lo mismo: estrujar trabajo vivo, sin fin.
Por eso mismo, los comunistas estamos A FAVOR de la república democrática, de edificar estructuras de organización social tanto en profundidad como en extensión, y si no podemos implantar la democracia (que hoy en día no podemos), al menos de la introducción de elementos de democracia.
Estos pequeñitos elementos de transparencia, de democracia, en sí mismos son insuficientes y, además, son a la larga inviables porque son incompatibles con la competitividad, con la valorización de los capitales, con el capitalismo. Pero si no tenemos posibilidad de conseguir otros, trabajemos por conseguir estos SIN ENGAÑAR NUNCA A NADIE SOBRE LO QUE ESTAMOS HACIENDO, y esa demostración práctica, palpable, a la vista de toda la sociedad y de cada uno de sus individuos constitutivos, de incompatibilidad del capitalismo con la democracia es el mejor altavoz y la más eficaz pedagogía de nuestro mensaje: que es el capitalismo lo que es irreductiblemente insostenible e insoportable.

6 comentarios:

  1. Hola,

    Fotópoulos es socialista libertario, no es para una resurrección final de los Estados-nación, sino que, con razón, cree que durante los períodos de los Estados nacionales había mucho más control por la sociedad en los mercados -siguiendo su teoría establecida del grado de controles sociales en cada período histórico. Él cree que, porque la globalización significa la eliminación gradual de la soberanía nacional, el movimiento hacia una verdadera democracia (inclusiva) debería restaurar la soberanía nacional como el primer paso para una sociedad verdaderamente democrática (lo que significa una sociedad sin Estado y el mercado). Creo que tiene razón. Su propuesta implica la creación de transición de una comunidad democrática de naciones, donde los controles sobre el mercado serán enormes y serán controlados por las asambleas populares. Y hay una otra falsedad; Esto no significa el abandono de los logros modernos, significa un control democrático y la creación de los logros, no en una sociedad tecnofóbica. Comunidad también significa confederación, lo cual es contrario al aislamiento y al recinto.

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  2. Hola.
    Muchas gracias por la información y por tus valoraciones, que me parecen muy interesantes. Para empezar, me sacas de mi error, porque según me dices Fotópoulos no es marxista, sino más bien bakuninista [o anarquista, o socialista-libertario; sólo quiero poner etiquetas para clarificar, bajo ningún concepto quiero menospreciar ni ofender a nadie con ello].
    Esto, efectivamente, explica las tomas de posición del artículo que comentaba.

    En cuanto al fondo, vamos a precisar, o estamos perdidos.
    "los periodos de los Estados nacionales" son muchos periodos, y son muchos estados nacionales. Abarca desde la Francia de los borbones absolutistas hasta el Chile de Pinochet y la España de Franco, de Juan Carlos y la actual, pasando por la Rusia bolchevique, los USA de Roosevelt o la Libia de Gadaffi. Si por ser estrictos con los términos queremos ver su arranque con el estado-nación nacido de las revoluciones burguesas inglesa, francesa y americana, el abanico se reduce, pero no gran cosa.
    En lo que nos atañe: el hecho de que en una SUPUESTA etapa histórica, que se entiende "superada", hubiera "mucho más control de los mercados por la sociedad", puede que fuera cierto. Lo que no es cierto en absoluto es lo que parece querer darse a entender de que ese control social, ese mayor control político sobre "los mercados" coincidiría con un control DEMOCRÁTICO. Eso rara vez fue cierto.
    Y, si queremos buscar las lecciones de la historia para buscar herramientas para cambiar el mundo, no nos podemos conformar con contemplarla como un simple transcurrir del tiempo y de los acontecimientos.
    Es decir: ¿había un mayor "control social de los mercados" porque era un tiempo más antiguo? ¿o, por el contrario, había y hay fuerzas sociales que determinaban y determinan el poder respectivo de unas y otras estructuras?
    En la primera alternativa, en la que las cosas ocurren "porque sí" no habría nada que hacer más que observar pasivamente los acontecimientos. Por cierto que de nada serviría entonces pretender "restaurar la soberanía nacional", porque en tal caso sería inútil: la inexorable "ley del transurso natural del tiempo" haría que, según avanzamos, los mercados mandarán más y las estructuras políticas, entre ellas los estados nación, mandarán menos.
    Esto, por supuesto, es absurdo y nadie lo mantiene.
    (continúa...)

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    Respuestas
    1. (... continuación)
      Pero entonces, si mantenemos que hay leyes de funcionamiento que explican los acontecimientos sociales, no basta con constatar los fenómenos que ocurrían "antes" y lo que pasa "ahora", sino que habrá que explicar porqué y cómo ocurría y ocurre lo que vemos.
      Desconozco su teoría del grado de controles sociales en cada período histórico, pero no me parece muy interesante si no se conecta con una teoría del grado de democracia de dichos controles. Pero eso exigiría una teoría un poco profunda, no solo de los qués, sino de los porqués.
      Y es que me parece que esa teoría debe de ser lo que se llama una "teoría empírica", que se basa en la observación de tendencias en los fenómenos superficiales, sin profundizar en lo que importa:
      ¿POR QUÉ antes había estados nación poderosos? o, lo que es lo mismo ¿POR QUÉ antes "los mercados" no tenían el poder que tienen hoy? Si no miramos las causas, caemos en el riesgo de lo que le pasa al autor: que al final la explciación de que hoy el mercado tenga más poder es que es Estado tiene menos, pero eso es tanto como decir que antes el mercado mandaba menos porque el Estado mandaba más.
      De esta forma, no puede sorprendernos que la receta sea aumentar el poder del estado nacional, pero ahora podemos ver claramente que lo que se nos dice, al final, es: "para evitar ser dominados por el poder de los mercados, los pueblos del mundo tienen que reducir el poder de los mercados". Sin comentarios.

      En fin, que si no vemos que en la base del problema está la expansión, en extenso (a lo largo del Globo) y en profundo (en todos los rincones de nuestra vida cotidiana) del capitalismo, no podremos ver cual debe ser la causa de la enfermedad y cualquier tratamiento será una supersticiosa danza de la lluvia, que sería muy divertida si, en este caso, no tuviera una coincidencia tan asombrosa con las propuestas de los grupos fascistas, cada vez más activos entre los mismos pueblos atacados por la dominación del capital mundial.

      Salud

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    2. Hola de nuevo, gracias por la respuesta

      Este es un artículo de Fotópoulos lo que explica en detalle los procesos sociales y económicos que llevaron a la fase estatal de la economía de mercado.

      http://www.democracynature.org/vol2/fotopoulos_nation.htm

      Él menciona Polanyi y el papel de la dinámica "crecer o morir", la incapacidad del mercado para internacionalizar a causa de los imperialismos en el momento, así como los factores subjetivos muy importantes, como el avance de los movimientos socialistas. Estos estados no eran, por supuesto, democrática (los estados los estados no son democrática por definición), pero eran el resultado de las tendencias de su época -Objetivo y subjetiva. Por otro lado, si se tiene en cuenta nacional y local (demótica) Auto-reliance como condición previa necesaria para la democracia económica (como parte de una democracia inclusiva), entonces usted va a ver por qué es tan importante para adquirir su soberanía nacional (por ejemplo, con un movimiento popular entre los objetivos específicos que decidirá más adelante qué tipo de sociedad quiere, después de obtener su soberanía nacional, al igual que los Frentes Fotópoulos propone). En su libro "Hacia una Democracia Inclusiva", cap. 6,7, Fotópoulos explica elocuentemente por qué la auto-reliance (no autosuficiencia, que no es deseable ni posible) es crucial para el establecimiento de una verdadera democracia, ya que sin democracia económica no puede haber democracia politica ... y la auto-reliance es la condición necesaria para la democracia económica, de acuerdo con este punto de vista, que basa en un importante debate antropológico y político. Un proceso de transición, pero consciente. Recomiendo su libro.

      Salud

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  3. Si auto-reliance significa autodeterminación de los pueblos, estamos totalmente de acuerdo.
    Aunque parece que hoy en día no está de moda entre los comunistas, al menos en España, la autodeterminación es un principio leninista imprescindible, y estamos de acuerdo en que no cabe democracia auténtica sin él. Me parece muy sintomático, creo que no está de moda entre los comunistas en España a raiz de la publicación de la Historia del PCE hecha por Francisco Erice http://www.pce.es/secretarias/secformacion/cuadernos/ que quizá no contiene toda la autocrítica que debiera.
    Trataré de sacar tiempo para leer el artículo de Fotópoulos.

    salud

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  4. Bueno, he empezado el artículo que cita, pero sinceramente, al ver la falta de rigor en el tratamiento de los temas. Partiendo, eso sí, de repetir el mantra "The well-established failure of marxist economics".
    Eso es falso.
    El que sostiene lo contrario tiene que argumentarlo, no repetirlo.
    No voy a discutir las tesis ni los argumentos de Fotópoulos, porque no me parece que valgan la pena. Solo diré que parte del mismo análisis económico que aparece en todos los manuales de economía ortodoxos: la economía es "de mercado", porque está "regulada por los precios".
    Eso es un aparato analítico INSERVIBLE. El desconcierto de toda la economía convencional (de postkeynesianos a libertario-austriacos, pasando por keynesianos, monetaristas o neoclásicos) lo demuestra empíricamente, si no fuera suficiente su vacuidad, cuando no incoherencia, teórica.
    El marxismo, en cambio, analiza la sociedad contemporánea, en su aspecto económico, poniendo el foco en su regulación mediante EL CAPITAL; es decir, la economía la regula LA GANANCIA, LA VALORIZACIÓN DEL CAPITAL. Ese valor que, aumentado, se incorpora al valor inicial que era el capital, aumentándolo, es la clave de todo. Y por eso "los mercados" escapan al control social, porque son uno de los "momentos" de la valorización del capital. Pero si muchos marxistas han cometido el error de olvidar el importantísimo momento que son los mercados para la APROPIACIÓN DE LA GANANCIA PARA EL CAPITAL, todo el que ignora la potencia de este análisis comete el error, peor aún, de ignorar el no menos importante momento que es la explotación del trabajo social para LA CREACIÓN DE LA GANANCIA.
    Sus análisis postmodernos, eclécticos, no lo son. Son meras ocurrencias, que buscan "simetrías", "semejanzas", "parábolas", que podrían indicar una "relación inversa entre mercantilización y nacionalismo" (y que, además, no lo consiguen). Pero esas simetrias, si no incorporan una explicación de los PORQUÉS a esos QUÉS, no nos valen para explicar el mundo.
    Y, como siempre, eso nos lleva a errar si queremos mejorarlo.

    No obstante, quiero salvar expresamente el reconocimiento y el respeto de la misma posición en esa importante dimensión: lo que nos une es la percepción de lo injusto e inviable de la actual sociedad, y por tanto la necesidad de mejorarla. No solo eso, sino que coincidimos también en el objetivo, al menos en lo más esencial de él: lograr un verdadero PODER POPULAR o, si se prefiere decir así, una verdadera DEMOCRACIA.

    salud.

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