jueves, 6 de octubre de 2011

plusvalía, tiempo y beneficio

Ejemplo de Ricardo (citado por Marx en El Capital, aunque ahora no encuentro la cita):
  1. Empleo de 20 trabajadores, por 1,000$, durante 1 año, en el que preparan un producto intermedio, digamos Y. Al año siguiente, otros 20 trabajadores (por otros 1,000$) trabajan ese producto intermedio Y. Al final de ese 2º año, el producto final es X.
  2. Empleo de 40 trabajadores, por el mismo salario de 2,000$, y al final de ese mismo año, el mismo producto X.
Ricardo dice: si suponemos una tasa de beneficio anual homogénea, el primer negocio deberá vender su producto por 1,000$ x (1 + 10%)^2 + 1,000$ x (1 + 10%) = 2,310$.
En cambio, el segundo negocio debería recaudar 2,000$ x (1 + 10%) = 2,200$
¿Tienen ambos productos diferente cantidad de trabajo abstracto socialmente necesario -valor- o es que no se cumple la ley del valor?
Evidentemente, ambos productos tienen el mismo valor -40 hombres durante un año, llamémosle 40 h·a- ¿debemos abandonar entonces la teoría objetiva del valor trabajo?
De ninguna manera. Lo que tenemos que abandonar es el olvido del tiempo o, mejor, su fetichización como origen mágico de la plusvalía y, ella mediante, del beneficio del capital..

¿Porqué es imprescindible considerar el tiempo? Porque en el capitalismo el principio y el fin de todas las cosas es el beneficio. Y el beneficio es una variable flujo, es decir, que sólo se puede considerar en un intervalo temporal: un beneficio sólo se puede obtener en un plazo de tiempo determinado. Si el beneficio es la masa de ganancias, el indicador de su idoneidad, de su suficiencia, de la adecuación de una determinada masa de ganancias es la tasa anual de ganancia. La tasa es lo que convierte la suma absoluta de beneficios obtenidos en una cantidad relativa (a) a la suma invertida y (b) al tiempo necesario para su obtención.
Un ejemplo ayudará a explicarlo: Un mismo beneficio de 100.000$ puede considerarse fantástico si procede de la inversión de 1.000$ en derivados o ser absolutamente decepcionante si es el resultado final de una inversión de 10.000.000$ en una fábrica, instalaciones, materias primas y auxiliares, salarios y demás.
Pero no sólo hay que poner en relación el beneficio con el capital invertido: también hay que relativizarlo según el tiempo transcurrido: La misma inversión en bolsa de 1000$ puede rendir un beneficio neto de 100$, y considerarse una ruina si se ha obtenido en 10 años, o ser un negocio espectacular si se logra en 10 minutos.

Así pues, ¿cómo ponemos en relación -relativizamos- los dos negocios que propone Ricardo?
Vamos a igualar los intervalos temporales ¿Cómo? aumentando (o disminuyendo) la escala de inversión de cada negocio en función de la escala temporal en la que se desarrolla. Es muy sencillo:
  1. Se tienen contratados 40 trabajadores, 20 de ellos están preparando el producto intermedio, y otros 20 están sacando producto final, con el producto intermedio Y que se adquirió al principio del ejercicio. Al final del año se tiene el producto final de estos últimos, más el producto intermedio preparado por los otros 20 trabajadores, que a los efectos de este ejemplo podemos igualar a los adquiridos al principio del ejercicio y eliminarlos de la cuenta neta.
    Este negocio, entonces, junto al capital variable -salarios- exige una inversión en capital constante -producto intermedio.
    En todo caso, la cuenta final es: en un año, 40 trabajadores con un capital constante de 20 h·a producen producto intermedio con un valor de 20 h·a y producto final con un valor de 40 h·a. Evidentemente, hay que reducir todo a las mismas unidades. Para seguir el ejemplo de Ricardo, tomaremos una tasa de plusvalía (s/v) del 10% con lo cual 40 h·a suponen 2,000$ (v) + 2,000$ x 10% (s) = 2,200$. Esto supone que la relación dinero / tiempo de trabajo es 2,200$ / 40 h·a = 55 $/h·a
    Con esta conversión -el dinero para Marx no es más que la forma de expresión del valor- tenemos que: v=2,000$, c=1,100$, s=200$, producto (en valor)=1,100$ (producto intermedio) + 2,200$ (producto final) = 3,300$, o lo que es lo mismo, 60h·a.
    Con esto hemos duplicado la escala del primero de los negocios de Ricardo, para conseguir igualar el periodo de producción con el del otro negocio: un año [en realidad no solo hemos aumentado la escala, lo hemos modificado cualitativamente para que la producción del "producto intermedio" se desarrolle en paralelo, simultáneamente, con la producción del "producto final", y no en fases sucesivas].
  2. Se contratan 40 trabajadores con un coste (v) de 2,000$ sin inversión alguna en capital constante y en un año proporcionan un producto X de 40h·a, o 2,200$.
Podemos hacer ese mismo análisis considerando no una sino 3 líneas productivas:
  1. En un año produce con 20h·a y Y producto intermedio un producto final X
  2. En un año produce con 40h·a un producto final X
  3. En un año produce con 20h·a Y producto intermedio
Esto equivale a partir la antigua rama (I) en otras dos ramas (A y C), manteniendo el matiz de revelar la necesaria inversión en capital constante en la actual rama (A).

En definitiva, tanto en uno como en otro "sistema" de producción, el producto final vale 2,200$ y ha producido una plusvalía de 200$.
No obstante, siguiendo el primer sistema es obligatorio invertir en un bien intermedio que, para producir 2,200$ de producto final, asciende a 1,100$. Es decir, las líneas A y B producen ambas el mismo producto final X, con las mismas horas de trabajo social (40h·a) y por ello el mismo valor (2,200$) . Pero, en este caso, en A se realizó una inversión de 1,000$+1,100$=2,100$, mientras que en B sólamente se invirtieron 2,000$. Por su parte, en B se extrajo una plusvalía de 2,000$·10%=200$, mientras que en A solamente se extrajeron 1,000$·10%=100$. No hay ningún problema por tanto, una vez igualadas las condiciones, para retribuir ambos capitales a la misma tasa anual de ganancia, pero en este caso debe notarse que es la plusvalía la que no es igual en las respectivas líneas de producción.
La diferencia, en todo caso, son los 1,100$ o 20h·a que constituyen el capital constante necesario en (I) y no en (II). El mero transcurso del tiempo no aporta ningún valor: la ley objetiva del valor sigue rigiendo, e impone que el valor es trabajo socialmente necesario, y sólo el trabajo socialmente necesario es valor.
El abracadabra se desvela, y efectivamente en la producción de (I) están implicadas 20 años-hombre más que en la producción de (II). Dicho de otra forma: no hay más "tiempo", hay más "inversión".

Lo que en definitiva revela este ejemplo es que, en el capitalismo, y sin que la ley del valor sufra lo más mínimo, los capitalistas no pueden -o no por mucho tiempo- obtener ganancias en función de la plusvalía arrancada por ellos, sino modificadas por la composición orgánica de su respectivo capital.

Aún podemos considerarlo de otra manera, para introducir otra matización sobre el tiempo:
podemos considerar como periodo homogéneo el de 2 años. Entonces, en el tiempo en que (I) produce una tanda de producto final, en (II) les ha dado tiempo a producir dos tandas, pero esto introduce novedades (complicaciones):
  • Entre ambas tandas el capitalista (II) debe concurrir a la esfera de la circulación para 1) realizar su plusvalía en beneficio y 2) volver a adquirir fuerza de trabajo.
    Esto, poco o mucho, requiere tiempo y supone, como le llamaba Marx, un salto mortal de la mercancía, puesto que nada le garantiza al capital que podrá realizar sus ventas según lo previsto.
  • Se introduce la posibilidad teórica de que en la segunda tanda no se limite a reinvertir la misma cantidad de capital variable recuperada mediante la venta, sino que incorpore también una parte de la plusvalía, comenzando entonces una reproducción ampliada, con sus propios requisitos y dinámica.
    Aunque, insistamos, esto es teóricamente una posibilidad, el capitalismo se basa en la reproducción ampliada y no tiene sentido sin ella. En tiempos de crisis como en los que se está escribiendo esto, esa acumulación se encuentra paralizada o incluso da pasos atrás (se desacumula), pero eso no podrá durar mucho tiempo, o no será capitalismo.

Por último (lo prometo), como siempre hay impresentables "corrigiendo" a Marx y su método, les anticipo que el hecho de que en (I) hayamos considerado un capital constante inicial exactamente igual que el final, para así poder hacer una variación neta nula, es simplemente para facilitar los cálculos. El que vea en esto un defecto fundamental, una incoherencia y una victoria final sobre el marxismo, antes de formar alharacas que se vea la más reciente literatura sobre el mal llamado "problema de la transformación" (fundamentalmente en A.Shaikh y A.Kliman-A.Freeman).

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