El jueves pasado escuché ("asuntos propios" en RNE) al infame Rodriguez Ibarra hablar sobre la crisis económica, señalando que es eminentemente una crisis financiera "de la banca". Esto, viniendo de un oportunista que no sabe lo que está diciendo, no tiene mayor interés que reconocer que esta vez acertó, como le ocurre a todo oportunista 1 de cada n veces.
Pero, repito, no es ese acierto lo que me llamó la intención, sino que, tras criticar al PP por identificar equivocadamente la crisis como un exceso de déficit público, hizo lo propio con IU que, según él, considera la crisis como una simple insuficiencia de demanda.
¿Acertó también en esto el Consejero de Estado Rodríguez? (Ibarra, porque el otro Consejero de Estado Rodríguez, Zapatero, últimamente no habla en público si no es para dar alguna conferencia con caché de miles de euros)
Y, lo que es más importante ¿cual debería ser la posición de la izquierda ante la crisis?
La crisis que vivimos desde 2008 es, efectivamente, una crisis de los capitales especulativos y de la banca, que tanto y con tanto gusto se había metido hasta el cuello en los negocios especulativos.
Pero es que eso, a su vez, no cayó del cielo. Por el contrario, y si seguimos el método que nos enseñó Marx, podremos entender que ese auge de la especulación se explica por el estancamiento, no ya hace 5 o 10 años, sino ya hace 40 años, de la tasa general de ganancia capitalista. Cuando la producción de plusvalía, derivada del plustrabajo de los obreros productivos, no proporciona la suficiente ganancia, el capital se deriva hacia la esfera especulativa, y la mera entrada de grandes sumas en esa esfera hace que efectivamente se auto-cumplan las expectativas. Pero, por supuesto, siendo ficticias las ganancias, antes o después se desvanece la ficción.
Y en esas estamos.
Siendo así, por supuesto que la explicación del PP es una burda mentira, cuya única justificación es sostener sus políticas de recorte.
Ese recorte, por otra parte, no es joder por joder. Por supuesto que no. Estos no son unos malnacidos que quieran que los jubilados se queden sin pensión, los parados sin prestación, los enfermos sin asistencia sanitaria, los jóvenes sin formación de calidad, etc. No. Estos son unos malnacidos que lo que no quieren es pagar todo eso como hay que pagarlo: con impuestos, del mismo modo que el trabajo no quieren pagarlo sino con lo mínimo posible.
El asunto es que con tanto recorte, hasta el capital está empezando a asustarse ya por el posible daño que se pueda causar al sistema, y los hay (incluido el FMI!) que piden cautela y racionalidad.
Pero es que la explicación de la crisis como una insuficiencia de demanda (que ni siquiera estoy seguro de que sea la opinión "oficial" o "común" de IU) tampoco es correcta. Cierto que la demanda es insuficiente. Y cierto que con tanto recorte está empezando a ser la insuficiencia de demanda el problema más urgente. Insisto: hasta el FMI está apuntándolo ya.
Pero eso no quiere decir que sea ese el problema de fondo, de raíz (que para eso somos radicales), que en realidad es la incapacidad del capital de organizar la acumulación y la reproducción sin provocar el deterioro de su propia motivación: la ganancia. Hace más de 100 años que nos lo mostró Marx, enunciando la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia (que él consideraba la más importante de toda la ciencia económica), Y un poco después nos lo tradujo Rosa Luxemburgo en un aforismo mucho más manejable: "socialismo o barbarie".
Y entonces ¿es que no hay una salida de la crisis?
Pues depende de a qué nos refiramos.
Si lo que se quiere decir es que no nos vayamos (la mayoría inmensa de la población) definitivamente al garete como está empezando a ocurrir en Grecia, existen vías, por supuesto. Con políticas de decidida iniciativa pública en la economía (sistema tributario justo, banca pública, política monetaria sujeta a las necesidades de la población, industria pública, ...) se evitaría el deterioro de los servicios públicos y el aumento imparable del desempleo.
Pero es cierto que todo eso provocaría inmediatamente huidas del capital a los paraisos fiscales. Por no hablar de otras reacciones mucho más violentas que sin duda veríamos tomar al capital. Y claro que habría que hablar porque, igual que sistemáticamente ha ocurrido siempre en el pasado ocurriría en ese caso. En todo caso, este tipo de medidas suponen un agravamiento del problema de fondo, al deteriorarse aún más la tasa de ganancia, con lo que antes o después llevan a más crisis (capitalistas) y a más desempleo (asalariado).
Conclusión: esta vía, en el capitalismo, es inviable.
Pero quizá por eso mismo es la que deberíamos proclamar como nuestro objetivo: quizá nuestra primera consigna debería ser el reformismo, precisamente porque no somos reformistas.
Porque si lo que se quiere decir es que haya inversión, trabajo, creación de riqueza, sin sobresaltos y sin negar a una parte de la población la posibilidad de ganarse decentemente la vida, entonces, dentro del capitalismo, por supuesto que no hay salida. El capitalismo es contradictorio, es anárquico y está alimentado y guiado por la ganancia. Por eso el capitalismo no puede librarse de las crisis ni del desempleo. Y eso por no hablar de su injusticia y su sinrazón intrínsecas, que en el fondo debería ser el primer argumento.
Pero eso sólo quiere decir que la salida, que sí existe, consiste precisamente en la superación del capitalismo, de la barbarie, e iniciar de una vez por todas la vía del socialismo.
Y fomentar reformas que no hacen sino dañar la base de funcionamiento del capitalismo no nos aleja de esa vía, sino que nos acerca a ella, si además suponen empoderar a los trabajadores e introducir democracia en el funcionamiento de los procesos sociales de producción y circulación.
Por supuesto, no quiero decir que con reformas sería suficiente. Ojalá, pero por supuesto el capital no consentiría que fuera así y no languidecería sin luchar.
Sólo quiero decir lo que digo: que ese camino nos lleva al buen camino, no nos aleja de él.
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