Rara vez soy consciente de la suerte que tengo de ganarme el pan donde lo hago, entre otras cosas porque me brinda una oportunidad fantástica de zambullirme en toda la gama de ideologías justificativas del régimen, del mundo en que vivimos, el mejor de los posibles y para el que no existe alternativa. En fin, que tengo a mi vera una fauna que ni os imaginais: desde el más recalcitrante integrista nacional-católico hasta el más ye-ye de los progres buenrrollistas (que, a fuerza de intentarlo, han conseguido hacer sus cerebros "líquidos"), pasando por toda la gama de "responsables" gentes de orden y "románticos" ultraliberales.
Pues bien, el más reciente ejemplo de interesante conversación, digna del mejor Pangloss, ha girado en torno a la LIBERTAD humana, y cómo se ve amenazada por los servicios públicos. No estoy seguro si Monsieur Voltaire se habría indignado o se habría descojonado de la risa.
Os pongo en situación: en España la educación es OBLIGATORIA y gratuita en los niveles de primaria y secundaria. Ésto en la práctica se ha articulado de forma que coexisten la educación pública, prestada (gratuitamente) por centros sostenidos y gestionados por el gobierno, y la educación privada, prestada (contra reembolso) por centros privados. Existe también una modalidad intermedia: la educación "concertada", prestada por centros privados que cobran no del beneficiario del servicio sino de los fondos públicos gestionados por el gobierno, en cantidades fijas e iguales por alumno y año.
No es el objeto de esta nota, pero añado que, actualmente, el nivel de administración en que se gestiona esto es el autonómico, y del mismo modo añado que el asunto de si esta actividad es más o menos rentable o deficitaria no es de lo que quiero hablar, aunque no es difícil explicar porqué en nuestro mundo capitalista, crecientemente libertario y ferozmente competitivo, en la educación (¡como en los medios de comunicación!) la rentabilidad no es lo único importante, ni siquiera lo más importante. La enorme presencia de la Santa Iglesia Católica en el sector (¡como en los medios de comunicación!) ayuda a la explicación, por supuesto.
No. Lo que quiero tratar aquí es cómo la manera burguesa de torcer las cosas dándoles la vuelta usa el término LIBERTAD para defender el DESPOTISMO que permite a unos pocos seres humanos DOMINAR a la mayoría de ellos, impidiendo así la LIBERTAD de la inmensa mayoría de la humanidad.
El caso es que en la Comunidad de Madrid existe una subvención de €1000 a quienes LIBREMENTE OPTAN por enviar a sus hijos a colegios privados. La conversación giraba sobre la queja de los beneficiarios acerca de la insuficiencia de esta ayuda, sobre la base del gran ahorro que, con su actitud de abstención de consumir servicios públicos, obsequian al erario público. Este punto es dudoso porque, aunque sin duda cada puesto escolar público cuesta más de €1000 al año, también es cierto que, una vez desembolsado el coste de la puesta a disposición de instalaciones y personal docente y auxiliar, un aumento de escolares podría disminuir la calidad del servicio al empeorar la ratio de alumnos por profesor, por auxiliar, por aula... pero no necesariamente aumentaría en gran medida el coste total del servicio.
En todo caso, a lo largo de toda la conversación el punto de partida era siempre la inquebrantable e innegociable LIBERTAD de los padres para ELEGIR un colegio privado para sus niños. Por lo tanto, el campo de debate se refería a la mejor manera de articular el sistema garantizando esa premisa INDISPONIBLE. Por cierto: no salió a colación el asunto de la DESPÓTICA OBLIGACIÓN de escolarizar a todos los niños, de lo cual me alegro, porque con la que está cayendo mejor no dar ideas.
No cabe duda que, en épocas de ataques feroces a los servicios públicos como la que estamos viviendo, es más difícil justificar que se dediquen fondos públicos, ¡tan escasos! (¡mentira!) a subvencionar la educación privada. Por otra parte, la cuestión técnica de la traslación de impuestos y subvenciones, que revela que esa ayuda se dirige más bien a la cuenta de resultados de las instituciones propietarias de colegios privados que a ayudar a sus usuarios (igual que ocurre con las subvenciones a la compra de coches y viviendas, a las reformas en casa, etc.) añade poco al fondo del asunto, porque en definitva todo esto no es más que una discusión sobre cómo y quién paga en nuestro sistema educativo LIBERTARIO.
Claro, se me ocurrió preguntar, para saberlo, porque lo desconocía (auqnue tenía alguna intuición) de cuánto estábamos hablando. ¿Cuánto cuesta llevar a un niño a un colegio privado? Por supuesto, las cuantías son variables, pero parece que un mínimo puede establecerse en €12000-€15000 por alumno y año. Hablo de pagos directos al colegio, no de otros gastos, directos (materiales escolares) o indirectos (ropa, transportes, comedores...) que son más o menos comunes a toda modalidad de educación.
Pues con esto se cayeron las máscaras, se acabó la discusión y se jodió el tinglado: ¿cómo se puede llamar LIBERTAD a algo que está a disposición de muy, pero muy poquita proporción de la población de la Comundiad de Madrid? ¿cómo a un PRIVILEGIO de PRIVILEGIADOS puede llamársele LIBERTAD?
No he mirado ni voy a mirar las estadísticas de distribución de ingresos en la Comunidad de Madrid. No estoy aquí para ser técnicamente riguroso, pero es que a los que vivís aquí o cerca de aquí no os hará falta que os diga que €12000-€15000 por alumno y año es inasumible para una inmensa (y creciente) mayoría de la población. Los que no vivís aquí o cerca de aquí, si no me creeis, buscad las estadísticas o simplemente echad un vistazo a la prensa.
El caso es que, si partimos de la premisa de que todos los niños tienen derecho a recibir servicios educativos, y queremos una igualdad de oportunidades para todos ellos, el servicio, universal, tiene que ser público. La LIBERTAD de unos pocos PRIVILEGIADOS es su EXCLUSIVA OPCIÓN para escapar del servicio público. ¿Y porqué escapar de ese servicio? Doy por descontado que para ir a algo mejor. Pues bien: el servicio educativo público público debe ser, o inmejorable o, en otro caso, mejorado. Pero no puenteado. En la práctica, por supuesto, el PRIVILEGIO de disfrutar de servicios educativos privados en mejores condiciones es el primer paso para que los PRIVILEGIADOS del régimen se permitan dinamitar el servicio público, con la misma finalidad de siempre: no pagarlo con sus impuestos. Si, impuestos. Hasta que sustituyamos el régimen criminal capitalista por la democracia socialista, hay que pagar impuestos para financiar los servicios públicos, y lo tienen que hacer los más ricos. Se trata de nuevo de esto. Siempre se trata de esto.
Pero lo importante del caso, y lo que es trasladable a la totalidad de pequeños debates sobre "sistemas económicos" es que no puede denominarse LIBERTAD a una OPCIÓN que solo se presenta para unos pocos PRIVILEGIADOS, que son los que disfrutan de un régimen basado en su DOMINACIÓN sobre la inmensa mayoría de la población, la que precisamente no tiene esas LIBERTADES, sin necesidad de que nadie les PROHIBA OPTAR, porque ya se ocupa el régimen mercantil de hacerlo. Sólo en el caso de que se admita (y es una barbaridad técnicamente) que CUALQUIER familia enviará a sus niños al colegio que ELIJA, se puede usar el término LIBERTAD para valorar semejante sistema educativo. Pero no lo harán, por supuesto, porque eso cuesta dinero (un pastón).
Si es una cuestión, por tanto, de LIBERTAD, pero es la opuesta a la que machaconamente nos plantean. Es una cuestión de seguir en todos los frentes, y en este caso el de los servicios públicos, manteniendo la DOMINACIÓN de clase, impidiendo así la LIBERTAD de la sociedad en general, de las clases populares.
El disfrute de la vida que unos pocos PRIVILEGIADOS se pueden permitir a costa de la mayoría, que por ello mismo está PRIVADA de esos y otros muchos PRIVILEGIOS (y que últimamente se ve PRIVADA incluso de lo más básico) no es LIBERTAD.
Es DOMINACIÓN.
Es DESPOTISMO.
Y denominarlo por su opuesto es desvergüenza.
Es mentira.
Hace tiempo que me di cuenta que la derecha está francamente bien dirigida, aconsejada por personas que saben lo que hacen. Uno de los puntos principales es acaparar y el común, quizá el patrimonio colectivo más básico: el lenguaje.
ResponderEliminarYo me asombro de cómo se puede llamar libertad a la pretensión de que el Estado te pague el colegio privado de tus hijos. Esto se lo intentas explicar a un francés, a un inglés, a un alemán...y no lo consigues.
Por el mismo razonamiento, yo también quiero tener la LIBERTAD de elegir, si ir al trabajo en autobús, o hacerlo en un Porsche. Si escojo el Porsche, el Estado debe pagarme parte del coche ya que, con mi sacrificio, no colapso el servicio público de transporte.
Y con la sanidad, otro tanto.
Se pueden promocionar desde el sector público los campos de golf, las pistas de esquí, las regatas, AVEs y aeropuertos. Y subvencionar a la Iglesia, imprescindible servicio público! Pero la sanidad y la educación, eso sí que no, para eso no está papá-Estado. A ver si nos vamos a creer que el Estado es nuestro, que vivimos en una democracia. Hombre, por Dios!
dos comentarios sobre la "privatización" del lenguaje:
ResponderEliminar1. me está jodiendo ya que lo que toda la vida ha sido la defensa de LA INTIMIDAD, incluida en todas las declaraciones de derechos de hombres y ciudadanos, de repente aparece en todos los medios (con motivo de las revelaciones sobre espionajes masivos de los gobiernos a los ciudadanos) como derecho a LA PRIVACIDAD. Como dice S.A.R. Doña Leticia, los términos no son inocuos ni son inintencionados.
2. magnífica nota sobre como la ideología (burguesa) que nos nubla la vista nos impide ver que EL DERECHO al trabajo (asalariado) es nuestra manera de llevar las cadenas del amo metidas en nuestros cerebros: "el trabajo asalariado"